Cuando fueron incautados los primeros bacaladeros seleccionados para ser artillados, sus dotaciones estaban formadas por una mezcla heterogénea de marinos civiles y militares, los unos procedentes de sus primitivas tripulaciones y los otros embarcados por la Armada Republicana. Con el fin de dotar a estos buques y a todos los de la Marina Vasca de personal sujeto al control del Gobierno de Euzkadi, el 10 de noviembre de 1936, se publicó el Decreto de creación del Voluntariado de Personal de Mar.
El Voluntariado del Mar era un cuerpo militar nutrido con voluntarios civiles. En principio, la inscripción estaba abierta a todos aquéllos que se hubieran dedicado a la navegación mercante o a las faenas profesionales de la pesca de altura o de bajura durante un período mínimo de seis meses. Se presentaron más de 3.000 voluntarios, con edades que iban desde los 18 a los 60 años y de todas las categorías profesionales: capitanes, pilotos, patrones, maquinistas, fogoneros, ... aunque con escasa preparación militar. De entre ellos, de acuerdo con los informes que proporcionaban las organizaciones políticas y sindicales a que pertenecían, se seleccionaba al personal necesario para cubrir las tripulaciones de los buques y algunos establecimientos en tierra. Inicialmente los admitidos fueron pocos –alrededor de 350 hombres– pero en junio de 1937, tras la movilización de las quintas de 1924 hasta 1938, su número llegó a ascender a cerca de 700, incluido el personal que se destinó a varios buques y a las oficinas de las Fuerzas Navales del Cantábrico. En total, más de 900 personas sirvieron en las filas de la Marina Auxiliar.
Una vez incorporados quedaban sujetos a las leyes y fueros de la Marina de Guerra y sometidos a la disciplina militar. Todo el personal recibió vestuario exterior de faena y de paseo. El primero era tipo mono y el segundo consistía en un chaquetón y pantalones en tonos que iban del gris verdoso al azul marino, junto con botas de pescador y boina oscura. No se utilizaron insignias, ni galones que identificaran los grados de cada uno, aunque llegó a esbozarse un proyecto
A los comandantes de los bous se les asignó la categoría de tenientes de navío, aunque el resto de la nomenclatura jerárquica se tomó de la existente en la Marina civil. En la Oficialidad de Cubierta existían los grados de comandante, lº, 2º y 3º oficial. Los comandantes del Goizeko y del Iparreko y los capitanes de los dragaminas y canoas estaban equiparados a 1º oficial. En la Oficialidad de Máquinas se utilizaron los grados de 1º, 2º y 3º maquinista y auxiliar de máquinas ó 4º maquinista, estableciéndose un paralelismo con los oficiales de Cubierta. Los maquinistas del Goizeko y del Iparreko estaban equiparados a 2º maquinista. También tenían categoría de oficial en la Marina de Euzkadi los telegrafistas y el personal de Sanidad (médicos y practicantes).
Como grados auxiliares intermedios existían en Cubierta los de patrón de costa o de cabotaje (a veces denominado patrón de 1ª) equiparado a 2º oficial y patrones de pesca (o patrón de 2ª) concategoría de subalterno. En Máquinas existían los grados de 1º mecánico ó 1º motorista, equiparado a 3º maquinista, y el de 2º mecánico ó 2º motorista, con categoría de subalterno. Esta misma categoría tenían los maquinistas habilitados y fogoneros habilitados de los dragaminas. En junio de 1937 se creó también la figura del intendente o auxiliar de oficinas.
Finalmente, el último escalón lo componían las Secciones de Marinería (contramaestre, cabo de marinería, marinero y mozo), de Máquinas (calderetero, engrasador, fogonero y palero), de Radiotelefonía (telefonista), de Artillería (cabo de cañón y artillero) y de Fonda (1º y 2º cocinero, 1º y 2º camarero y marmitón). Todo el personal destinado a las canoas automóviles tenía la categoría de marinero, aunque algunos recibieron denominaciones como patrón de canoas o motorista de canoas.
La mayoría del personal del Voluntariado del Mar provenía de las localidades costeras vascas, más de la mitad eran vizcainos (57 %), destacando el elevado número de bermeotarras (más del 11 % del total); algo más de la cuarta parte eran guipuzcoanos (28 %) y muy pocos los alaveses y navarros (cerca del 1 % entre ambos); el resto (14 %) eran nacidos fuera de Euskal Herria, en su mayoría en Galicia (10 %), y también en Cantabria, Andalucía, Castilla, Aragón, Asturias, Madrid y Cataluña. Por lo que se refiere a su militancia política, el 57 % pertenecía a Solidaridad de Trabajadores Vascos o al Partido Nacionalista Vasco, el 19 % era de la UGT o del Partido Socialista y porcentajes menores estaban afiliados a la CNT (5 %), Acción Nacionalista Vasca (4 %), Izquierda Republicana (2 %), Partido Comunista (2 %) y diversos sindicatos profesionales (1 %). Finalmente un 10 % no estaba afiliado o se desconocía su afiliación.
Aparte del personal embarcado, existía lógicamente el personal de tierra destinado a oficinas, taller, almacenes, atalayas y puestos de vigilancia. Este personal, salvo raras excepciones, no pertenecía al Voluntariado del Mar, ni estaba sujeto a la disciplina y fuero militar. En el ámbito administrativo existían las categorías de jefe de Sección ‑que sólo ostentaba Egia‑, jefe de Negociado (los secretarios, inspectores y asesores técnicos tenían también una consideración similar), oficial 1º, 2º y 3º, mecanógrafo, ordenanza (los chóferes estaban asimilados a esta categoría) y auxiliar. En atalayas y puestos de vigilancia existían los vigías y atalayeros, ayudantes y guardias (a veces denominados “guarda-costas”). Entre el personal administrativo se encontraban las únicas mujeres que prestaron servicio con la Marina de Euzkadi; concretamente tres que lo hicieron en las oficinas de la Jefatura. Se trataba de Paquita García, Mª Luisa Jiménez Alzaga y Miren Leanizbarrutia.